The Game Awards nos dejó la buena noticia de que ya tenemos fecha de lanzamiento para Diablo IV en PC, Xbox y PlayStation ya que se estrenará el próximo 6 de junio de 2023. Una buena nueva que ha revolucionado a la comunidad del ARPG de Blizzard pero que ha dejado un reguero de informaciones que vienen a confirmar que la única manera de alcanzar ese objetivo será gracias a un sacrificio profundo por parte de los trabajadores de la compañía de Irvine.
¿Seguro que llegará en junio de 2023?
Diablo IV se anunció oficialmente (tras muchos rumores) durante la celebración de la BlizzCon del año 2019 por lo que ha sido, con muy poco margen, uno de los lanzamientos de la compañía que menos tiempo ha consumido hasta el instante en el que llegue a las tiendas. Diablo III, por ejemplo, se dio a conocer en junio de 2008 y no aterrizó finalmente en las tiendas hasta mediados del mes de mayo de 2012. Así que en esta ocasión se habrá invertido alrededor de tres años y medio.
Ahora bien, ¿es posible que el próximo 6 de junio no podamos ver a Diablo IV en las tiendas? Casi todas las fuentes que han hablado con exempleados, empleados de Blizzard y otros trabajadores que han tenido contacto con el proceso de desarrollo del juego afirman que la única manera de respetar ese compromiso pasará por poner a prueba a toda la plantilla y obligarla a tener que vivir un nuevo crunch. Ya sabéis, esos cierres obligados que requieren de que el personal se emplee a fondo y en jornadas casi siempre de más de 12 horas diarias.
Ni qué decir tiene que este dato que ofrecen algunos medios (como The Washington Post) no es cosa menor, porque si por algo ha sido protagonista Blizzard en los últimos tiempos ha sido, precisamente, por ser acusada de promover una cultura tóxica con los empleados, a los que se les sometía a continuos crunch para cumplir los plazos marcados en ciertos desarrollos y promover una cultura de discriminación y acoso.
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Podrán cumplir, pero con problemas
Los menos positivos creen que Blizzard no podrá cumplir con los plazos que ha marcado de tener el juego listo para el 6 de junio de 2023, aunque existe otra corriente de testimonios que abogan porque se terminarán cumpliendo esas fechas aunque a costa de la estabilidad y el buen funcionamiento de Diablo IV, que necesitaría en ese caso de la publicación de parches para corregir todos los problemas con los que, afirman, llegará a las tiendas.
Así por ejemplo, un empleado que todavía está trabajando en la compañía llegó a confirmar a The Washington Post que Blizzard ha llegado a un punto en el que no está dispuesta a retrasar Diablo IV, por lo que no les quedará otra que «seguir adelante y descubrir cuánto estamos [los empleados] dispuestos a sufrir para asegurarnos de que el juego se lance en un estado lo suficientemente bueno». Y si hay algo que hace nos sospechar, y mucho, es ese «suficientemente» dentro de la misma frase que «bueno». ¿No os parece?
Esperemos que Diablo IV llegue en la fecha prometida y, sobre todo, que no lo haga roto… como ha ocurrido con Warzone 2.0 de Activision, que ahí sigue con enormes problemas para rendir en PC sin que nos entren ganas de querer quemar nuestro ordenador.